POEMAS DE SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ

Los poemas de Sor Juana Inés de la Cruz, conocida como la «Décima Musa» y la «Fénix de América», resplandecen como joyas literarias en la historia de la literatura hispanoamericana. Esta monja, poeta y filósofa del siglo XVII, desafió las normas sociales y culturales de su época al expresar su genialidad a través de la palabra escrita. Sus versos magistrales exudan ingenio, pasión y erudición, abordando temas desde el amor y la naturaleza hasta la crítica social y la búsqueda de conocimiento. En este compendio, descubriremos la inmortalidad de la poesía de Sor Juana, que sigue iluminando la mente y el corazón de los lectores contemporáneos.

Inspirado en «Inundación castálida» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

En la cascada de versos, la musa susurra,

sus aguas poéticas, en torrentes se desatan,

un fluir armonioso, donde el alma se embriaga,

y en cada rima escrita, el espíritu se sacia.

 

La musa, en su esplendor, su esencia derrama,

como una fuente eterna, de inspiración bendita,

y en el alma del poeta, su magia se proclama,

como un manantial puro, en la naturaleza infinita.

 

En la inundación castálida, los versos se desbordan,

como un río caudaloso, que al corazón conmueve,

y en cada palabra escrita, el alma se empodera,

como un torrente de pasión, que en el tiempo se mantiene.

 

Inspirado en «Inundación castálida» de Sor Juana,

un canto a la poesía, que en el alma germina,

un raudal de emociones, que en los versos se enlazan,

como una corriente incesante, donde la esencia se ilumina.

Inspirado en "Inundación castálida" de Sor Juana Inés de la Cruz

 

Inspirado en «Detente, sombra» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

Detente, sombra, en el tiempo que se desliza,

detén tu vuelo fugaz, y escucha mi voz,

en el rincón de la vida, donde el alma medita,

detente y déjame, en tus alas, viajar veloz.

 

En la quietud de la sombra, los recuerdos fluyen,

como un río sereno, que al corazón arrulla,

y en cada suspiro oculto, la nostalgia se imprime,

como un eco lejano, que en el alma se anhela.

 

Detente, sombra, en tu vuelo implacable,

y en este instante eterno, el tiempo suspende,

como un destello dorado, en lo inmutable,

donde el corazón y la sombra se confunden.

 

Inspirado en «Detente, sombra» de Sor Juana Inés,

un canto a la efímera existencia, que en el tiempo se enraíza,

un suspiro del alma, donde el ser florece,

como una mirada furtiva, que en la sombra se desliza.

 

Inspirado en «A su retrato» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

A su retrato, el alma se refleja,

como un espejo fiel, que en el tiempo persiste,

un rostro inmortal, que en la memoria se cuelga,

y en cada mirada, la esencia resiste.

 

En el lienzo del alma, tu imagen se graba,

como un cuadro perfecto, que al corazón inspira,

y en cada trazo del destino, la vida se enlaza,

como un pincel divino, donde el ser respira.

 

A su retrato, en cada rasgo se encuentra,

el reflejo del ser, en la eternidad gravada,

un retrato eterno, donde el alma se concentra,

como una huella imborrable, en la historia enlazada.

 

Inspirado en «A su retrato» de Sor Juana Inés de la Cruz,

un canto a la identidad, que en el ser se entrelaza,

una imagen perenne, donde el alma reluce,

como un autorretrato, que en el tiempo se traza.

 

Inspirado en «Redondillas» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

En las redondillas, el verso se encanta,

sus giros poéticos, en espirales se enlazan,

un torbellino de palabras, donde el alma se levanta,

y en cada estrofa escrita, la esencia se abraza.

 

Las redondillas danzan, como un remolino etéreo,

sus rimas se entrelazan, como hilos en el telar,

y en cada vuelta y giro, el alma se sincera,

como un torbellino de emociones, que en el corazón va a dar.

 

En las redondillas, la poesía se arrebata,

como una danza mágica, donde el ser se expresa,

y en cada verso, el alma se retrata,

como un baile encantado, donde la pasión se adereza.

 

Inspirado en «Redondillas» de Sor Juana Inés,

un canto al verso versátil, que en el alma se eleva,

una danza de palabras, donde el corazón se enraíza,

como un torbellino poético, que en la memoria se reserva.

Inspirado en "Redondillas" de Sor Juana Inés de la Cruz

 

Inspirado en «Hombres necios que acusáis» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón,

vuestra incomprensión revela la falta de visión,

en cada palabra escrita, mostráis vuestra pasión,

mas en vuestro corazón, oculta está la razón.

 

Vuestras críticas injustas, como dardos afilados,

hiereis el alma femenina, con juicios despiadados,

olvidando que también, de una mujer habéis nacido,

y en sus brazos amparado, crecisteis protegido.

 

Hombres necios, ¿por qué acusáis sin mirar la verdad?

¿Acaso en vuestro orgullo, la razón quedó sepultada?

En la equidad y el respeto, la humanidad se funda,

y en el entendimiento mutuo, la convivencia se fecunda.

 

Mirad con otros ojos, el ser de la mujer valiente,

su sabiduría y talento, son joyas relucientes,

no juzguéis sin fundamento, ni empañéis su gloria,

pues en el corazón humano, la igualdad es memoria.

 

Inspirado en «Hombres necios que acusáis» de Sor Juana Inés,

un llamado a la reflexión, que en el alma se expande,

una oda a la igualdad, donde el ser florece,

como un grito de justicia, que en la conciencia se demanda.

 

Inspirado en «Amor, me he enamorado de un retablo» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

Amor, me he enamorado de un retablo divino,

sus colores y formas, en mi corazón se instalan,

un lienzo de pasión, donde el alma se fascina,

y en cada pincelada, su esencia es mi destino.

 

El retablo, en su encanto, mi espíritu atrapa,

como un hechizo de arte, que en el alma se resguarda,

y en cada detalle minucioso, la emoción despierta,

como una obra maestra, que el corazón aguarda.

 

Amor, me he enamorado del arte plasmado,

en este retablo mágico, donde los sueños se unen,

un tesoro inestimable, en el tiempo enraizado,

como un reflejo del alma, donde los sentimientos surgen.

 

Inspirado en «Amor, me he enamorado de un retablo» de Sor Juana Inés,

un canto al arte inmortal, que en el alma florece,

un amor eterno, donde el ser se engrandece,

como un cuadro de emociones, que en el tiempo permanece.

 

Inspirado en «A su retrato» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

A su retrato, en cada línea se esconde,

la imagen fiel del ser, en su esplendor,

un reflejo del alma, donde el tiempo se responde,

y en cada rasgo dibujado, el corazón da su amor.

 

El retrato, en su magia, el tiempo congela,

como un instante eterno, donde el alma se retrata,

y en cada detalle minucioso, la vida se revela,

como un tesoro sagrado, que en el tiempo se ata.

 

A su retrato, en cada trazo se manifiesta,

el ser plasmado en la eternidad infinita,

un cuadro inmortal, donde el alma se presta,

como un espejo del tiempo, donde la esencia se incita.

 

Inspirado en «A su retrato» de Sor Juana Inés de la Cruz,

un canto a la inmortalidad, que en el alma florece,

una imagen perdurable, donde el tiempo se enriquece,

como un reflejo de vida, que en la memoria prevalece.

 

Inspirado en "A su retrato" de Sor Juana Inés de la Cruz

Inspirado en «Redondillas» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

En las redondillas, los versos se suceden,

como una danza poética, en el papel se dibujan,

un baile armonioso, donde el alma se concede,

y en cada vuelta y giro, la pasión se despliega.

 

Las redondillas, como cuentas en un collar,

se enlazan en un hilo, que la poesía teje,

y en cada vuelo de las palabras, el alma va a dar,

como una melodía, que en el corazón protege.

 

En las redondillas, el ritmo se revela,

como un compás preciso, donde el alma encuentra,

y en cada vuelta y giro, la emoción se sela,

como una danza etérea, que en el tiempo se adentra.

 

Inspirado en «Redondillas» de Sor Juana Inés,

un canto a la versatilidad, que en el alma germina,

una danza de palabras, donde el corazón se fascina,

como una melodía, que en el tiempo se ilumina.

 

Inspirado en «A una rosa» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

A una rosa, en su belleza encantadora,

sus pétalos de terciopelo, al viento se entregan,

un aroma embriagador, donde el alma se enamora,

y en cada rosa abierta, el jardín se adorna y alegra.

 

La rosa, en su fragilidad, un símbolo de pasión,

como un corazón latente, en el jardín se descubre,

y en cada suspiro del viento, su esencia se proclama,

como una oda al amor, que en el tiempo perdura.

 

A una rosa, en su sencillez majestuosa,

sus espinas ocultas, en protección se yerguen,

un tesoro de la naturaleza, donde la vida se goza,

y en cada pétalo pintado, la primavera renace y florece.

 

Inspirado en «A una rosa» de Sor Juana Inés,

un canto a la naturaleza, que en el alma se graba,

una oda a la delicadeza, que en el ser se enlaza,

como un homenaje eterno, donde el tiempo se agranda.

 

Inspirado en «En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?,

tu afán incansable, en vano me acecha,

mis sueños y anhelos, lejos de ti se alejan,

y en la paz de mi alma, tu inquietud se despeja.

 

Mundo, en tus rutas y caminos,

buscas atraparme en tu red de espinos,

mas en el refugio de mi interior divino,

encuentro la calma, y tu ansiedad desvino.

 

En perseguirme, Mundo, no encontrarás,

las respuestas a tus preguntas sin final,

mi esencia es mía, y libre quedará,

como un ave en vuelo, sin rastro ni señal.

 

Inspirado en «En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?» de Sor Juana Inés,

un canto a la independencia, que en el alma se asienta,

una oda a la libertad, donde el ser se reinventa,

como un mensaje eterno, donde el tiempo se enfrenta.

 

Inspirado en «Este, que ves, engaño colorido» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

Este, que ves, engaño colorido,

es un sueño efímero, que en el tiempo se esconde,

una ilusión pasajera, donde el alma se desliza,

y en cada ilusión quebrada, la realidad responde.

 

El engaño colorido, como un arcoíris en el cielo,

sus tonalidades brillantes, en el horizonte se plasman,

y en el corazón del soñador, su esencia se revela,

como un lienzo caleidoscópico, donde el alma se embalsama.

 

Este, que ves, engaño colorido,

es un juego del destino, donde el ser se enreda,

una quimera seductora, donde el alma se extravía,

y en cada espejismo perdido, la verdad aparece.

 

Inspirado en «Este, que ves, engaño colorido» de Sor Juana Inés,

un canto a la ilusión, que en el alma se esconde,

una oda a la realidad, donde el ser se responde,

como un eco de claridad, que en el tiempo se corresponde.

Inspirado en "Este, que ves, engaño colorido" de Sor Juana Inés de la Cruz

 

Inspirado en «Hombres necios que acusáis sin razón» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

Hombres necios que acusáis sin razón,

vuestra ceguera revela la falta de comprensión,

en cada palabra proferida, mostráis vuestra pasión,

mas en vuestro interior, escondeis la razón.

 

Vuestras críticas vacías, como ecos en el viento,

hiereis el alma femenina, con juicios imprudentes,

olvidando que también, de una mujer sois nacido,

y en sus brazos amparado, crecisteis inconsciente.

 

Hombres necios, ¿por qué acusáis sin conocer?

¿Acaso en vuestro orgullo, la razón quedó enterrada?

En la igualdad y el respeto, la humanidad se funda,

y en el entendimiento mutuo, la convivencia se ampara.

 

Mirad con otros ojos, el ser de la mujer valiente,

su sabiduría y talento, son joyas relucientes,

no juzguéis sin fundamento, ni empañéis su gloria,

pues en el corazón humano, la equidad es historia.

 

Inspirado en «Hombres necios que acusáis sin razón» de Sor Juana Inés,

un llamado a la reflexión, que en el alma se ensancha,

una oda a la igualdad, donde el ser se plancha,

como un grito de justicia, que en la conciencia se agacha.

 

Inspirado en «Rosa divina que en gentil cultura» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

Rosa divina que en gentil cultura,

te engalanas con belleza y gracia pura,

como una joya en el jardín de la naturaleza,

y en cada pétalo esculpido, la vida florece.

 

En gentil cultura, la rosa se despliega,

como un canto de la tierra, donde el alma se eleva,

y en cada fragancia exquisita, la esencia surge,

como una sinfonía de aromas, donde el corazón sumerge.

 

Rosa divina, en tu esplendor eterno,

un arcoíris de colores, en tu corola se encierra,

y en cada paso que das, el jardín se adorna y embellece,

como una diosa de la primavera, en la que el alma crece.

 

Inspirado en «Rosa divina que en gentil cultura» de Sor Juana Inés,

un canto a la naturaleza, que en el alma se extiende,

una oda a la belleza, donde el ser se defiende,

como un mensaje eterno, donde el tiempo se comprende.

 

Inspirado en «Redondillas» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

En las redondillas, los versos se entrelazan,

como una danza poética, donde el alma se expande,

un baile armonioso, donde la pasión se enlaza,

y en cada giro y vuelta, el ser se desplaza.

 

Las redondillas, como estrellas en el cielo,

sus destellos brillantes, en el papel se plasman,

y en el corazón del poeta, su esencia se revela,

como un viaje interminable, donde el alma descansa.

 

En las redondillas, el ritmo se sincroniza,

como un reloj preciso, donde el tiempo se eterniza,

y en cada vuelo y vuelta, el alma se inmortaliza,

como una danza celestial, donde el ser se magnetiza.

 

Inspirado en «Redondillas» de Sor Juana Inés,

un canto a la versatilidad, que en el alma florece,

una danza de palabras, donde el corazón se engrandece,

como un mensaje eterno, donde el tiempo se favorece.

Inspirado en "Redondillas" de Sor Juana Inés de la Cruz

 

Inspirado en «En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?

Tu afán incansable, en vano me acecha,

mis sueños y anhelos, lejos de ti se alejan,

y en la paz de mi alma, tu inquietud se despeja.

 

Mundo, en tus rutas y caminos,

buscas atraparme en tu red de espinos,

mas en el refugio de mi interior divino,

encuentro la calma, y tu ansiedad desvino.

 

En perseguirme, Mundo, no encontrarás,

las respuestas a tus preguntas sin final,

mi esencia es mía, y libre quedará,

como un ave en vuelo, sin rastro ni señal.

 

Mirad con otros ojos, el ser de la mujer valiente,

su sabiduría y talento, son joyas relucientes,

no juzguéis sin fundamento, ni empañéis su gloria,

pues en el corazón humano, la igualdad es memoria.

 

Inspirado en «En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?» de Sor Juana Inés,

un canto a la independencia, que en el alma se asienta,

una oda a la libertad, donde el ser se reinventa,

como un mensaje eterno, donde el tiempo se enfrenta.

 

Inspirado en «Este, que ves, engaño colorido» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

Este, que ves, engaño colorido,

es un sueño efímero, que en el tiempo se esconde,

una ilusión pasajera, donde el alma se desliza,

y en cada ilusión quebrada, la realidad responde.

 

El engaño colorido, como un arcoíris en el cielo,

sus tonalidades brillantes, en el horizonte se plasman,

y en el corazón del soñador, su esencia se revela,

como un lienzo caleidoscópico, donde el alma se embalsama.

 

Este, que ves, engaño colorido,

es un juego del destino, donde el ser se enreda,

una quimera seductora, donde el alma se extravía,

y en cada espejismo perdido, la verdad aparece.

 

Inspirado en «Este, que ves, engaño colorido» de Sor Juana Inés,

un canto a la ilusión, que en el alma se esconde,

una oda a la realidad, donde el ser se responde,

como un eco de claridad, que en el tiempo se corresponde.

 

Inspirado en «Hombres necios que acusáis sin razón» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

Hombres necios que acusáis sin razón,

vuestra ceguera revela la falta de comprensión,

en cada palabra proferida, mostráis vuestra pasión,

mas en vuestro interior, escondeis la razón.

 

Vuestras críticas vacías, como ecos en el viento,

hiereis el alma femenina, con juicios imprudentes,

olvidando que también, de una mujer sois nacido,

y en sus brazos amparado, crecisteis inconsciente.

 

Hombres necios, ¿por qué acusáis sin conocer?

¿Acaso en vuestro orgullo, la razón quedó enterrada?

En la igualdad y el respeto, la humanidad se funda,

y en el entendimiento mutuo, la convivencia se ampara.

 

Mirad con otros ojos, el ser de la mujer valiente,

su sabiduría y talento, son joyas relucientes,

no juzguéis sin fundamento, ni empañéis su gloria,

pues en el corazón humano, la equidad es historia.

 

Inspirado en «Hombres necios que acusáis sin razón» de Sor Juana Inés,

un llamado a la reflexión, que en el alma se ensancha,

una oda a la igualdad, donde el ser se plancha,

como un grito de justicia, que en la conciencia se agacha.

Inspirado en "Rosa divina que en gentil cultura" de Sor Juana Inés de la Cruz

 

Inspirado en «Rosa divina que en gentil cultura» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

Rosa divina que en gentil cultura,

te engalanas con belleza y gracia pura,

como una joya en el jardín de la naturaleza,

y en cada pétalo esculpido, la vida florece.

 

En gentil cultura, la rosa se despliega,

como un canto de la tierra, donde el alma se eleva,

y en cada fragancia exquisita, la esencia surge,

como una sinfonía de aromas, donde el corazón sumerge.

 

Rosa divina, en tu esplendor eterno,

un arcoíris de colores, en tu corola se encierra,

y en cada paso que das, el jardín se adorna y embellece,

como una diosa de la primavera, en la que el alma crece.

 

Inspirado en «Rosa divina que en gentil cultura» de Sor Juana Inés,

un canto a la naturaleza, que en el alma se extiende,

una oda a la belleza, donde el ser se defiende,

como un mensaje eterno, donde el tiempo se comprende.

 

Inspirado en «Redondillas» de Sor Juana Inés de la Cruz

 

En las redondillas, los versos se entrelazan,

como una danza poética, donde el alma se expande,

un baile armonioso, donde la pasión se enlaza,

y en cada giro y vuelta, el ser se desplaza.

 

Las redondillas, como estrellas en el cielo,

sus destellos brillantes, en el papel se plasman,

y en el corazón del poeta, su esencia se revela,

como un viaje interminable, donde el alma descansa.

Inspirado en «Redondillas» de Sor Juana Inés,

un canto a la versatilidad, que en el alma florece,

una danza de palabras, donde el corazón se engrandece,

como un mensaje eterno, donde el tiempo se favorece.