Juan Benito Argüelles, nacido en Oviedo en 1954, es un destacado poeta y escritor asturiano, cuya obra literaria ha dejado una huella significativa en la poesía contemporánea española.
En sus poemas, Argüelles aborda una amplia gama de temas, desde lo cotidiano hasta lo trascendental, explorando las emociones humanas más profundas y las reflexiones sobre la existencia. Su estilo poético se caracteriza por su profunda sensibilidad, el uso de metáforas sugerentes y una prosa cuidada y evocadora.
Inspirado en poemas de Juan Benito Argüelles – «El canto de los luceros»
En el canto de los luceros, las estrellas susurran secretos,
rapsodia de misterios que iluminan la noche.
En la serenata celeste, el universo se entrelaza,
como notas de luz que danzan en el infinito.
Nocturno de luminarias, la luna acaricia los cielos,
tejiendo sueños y enigmas en el firmamento.
Susurros siderales, el corazón se estremece,
en el rapsodia del tiempo, encuentro mi esencia cósmica.
El caminante de los astros, en su viaje sideral,
en busca de respuestas y horizontes por descubrir.
Bajo el fulgor de la lumbre, leyendas se forjan,
historias estelares que perduran en el espacio.
En la mente de los astros, los secretos se revelan,
el poeta desentraña la magia del cosmos.
Melodías cósmicas, emociones se entrelazan,
en cada verso, el alma se libera y vuela.
En el vuelo de los cometas, sueños se hacen realidad,
como símbolos de transformación y eternidad.
El fulgor del cometa, el soñador se eleva,
en pos de la verdad y la trascendencia.
En el rapsodia del tiempo, la vida se despliega,
como un firmamento en constante evolución.
El poeta, el eterno astrónomo,
en sus versos, el infinito se hace presente.
Inspirado en poemas de Juan Benito Argüelles – «Ecos de un Ocaso»
En los ecos de un ocaso, la luz se desvanece,
rapsodia de colores que tiñen el horizonte.
En la serenata crepuscular, el día se despide,
como notas de melancolía que se funden con la noche.
Nocturno de sombras, la luna asoma tímidamente,
tejiendo sueños y nostalgias en la penumbra.
Susurros crepusculares, el corazón se serena,
en el rapsodia del tiempo, encuentro mi ser interior.
El peregrino del crepúsculo, en su travesía al atardecer,
en busca de momentos y experiencias por atesorar.
Bajo la sombra del ocaso, recuerdos se entretejen,
historias del día que se disuelven en el ocaso.
En la quietud del crepúsculo, los secretos se esconden,
el poeta desentraña el alma del anochecer.
Melodías crepusculares, emociones se entrelazan,
en cada verso, el alma se despide y acoge la noche.
En el silencio del atardecer, suspiros se elevan,
como símbolos de paz y aceptación.
El ocaso del día, el soñador contempla,
en pos de la serenidad y el descanso.
En el rapsodia del tiempo, la vida se repliega,
como un telón que cae sobre el día.
El poeta, el eterno observador del crepúsculo,
en sus versos, el atardecer se hace presente.
Inspirado en poemas de Juan Benito Argüelles – «El río de los recuerdos»
En el río de los recuerdos, las aguas susurran melodías,
rapsodia de momentos que fluyen en el tiempo.
En la serenata nostálgica, el corazón se estremece,
como notas de añoranza que danzan en la corriente.
Nocturno de remembranzas, la luna brilla con su fulgor,
tejiendo sueños y emociones en la corriente del pasado.
Susurros del ayer, el alma se serena,
en el rapsodia del tiempo, encuentro mi esencia eterna.
El navegante de la memoria, en su barca se adentra,
en busca de tesoros y vivencias por revivir.
Bajo el cielo estrellado, memorias se forjan,
historias de vida que perduran en el fluir del río.
En la profundidad del río, los secretos se ocultan,
el poeta desentraña los misterios del pasado.
Melodías del ayer, emociones se entrelazan,
en cada verso, el alma se sumerge y revive.
En la corriente de los sueños, anhelos fluyen libres,
como símbolos de esperanza y renacimiento.
El cauce del río, el soñador contempla,
en pos de la verdad y la continuidad.
En el rapsodia del tiempo, la vida fluye sin cesar,
como un río que nunca se detiene.
El poeta, el eterno navegante de los recuerdos,
en sus versos, el pasado se hace presente.
Inspirado en poemas de Juan Benito Argüelles – «El jardín de los suspiros»
En el jardín de los suspiros, las flores exhalan suspiros,
rapsodia de emociones que perfuman el aire.
En la serenata perfumada, el corazón se inunda,
como notas de pasión que embriagan los sentidos.
Nocturno de aromas, la luna ilumina el jardín,
tejiendo sueños y ensoñaciones en la penumbra.
Susurros de la naturaleza, el alma se serena,
en el rapsodia del tiempo, encuentro mi esencia floral.
El jardinero de los sueños, en su oasis trabaja,
en busca de belleza y armonía por cultivar.
Bajo el dosel de las flores, emociones se despliegan,
historias de colores que adornan el jardín.
En la esencia de las flores, los secretos se revelan,
el poeta desentraña el lenguaje de la naturaleza.
Melodías perfumadas, emociones se entrelazan,
en cada verso, el alma se conecta y florece.
En el abrazo de las flores, sentimientos se expresan,
como símbolos de amor y ternura.
El jardín de suspiros, el soñador contempla,
en pos de la armonía y la conexión.
En el rapsodia del tiempo, la vida florece y renace,
como un jardín en constante crecimiento.
El poeta, el eterno jardinero de las palabras,
en sus versos, la belleza se hace presente.
Inspirado en poemas de Juan Benito Argüelles – «Amanecer dorado»
En el amanecer dorado, la luz abraza el horizonte,
rapsodia de colores que pintan el cielo.
En la serenata matutina, el corazón se despierta,
como notas de esperanza que danzan en la aurora.
Nocturno de sombras disipadas, la luna se retira,
tejiendo sueños y promesas en la madrugada.
Susurros del alba, el alma se renueva,
en el rapsodia del tiempo, encuentro mi esencia radiante.
El viajero del alba, en su camino al despertar,
en busca de nuevos comienzos y posibilidades.
Bajo el cielo pintado de oro, ilusiones se entretejen,
historias de renacimiento que cobran vida en el alba.
En el abrazo de la luz, secretos se revelan,
el poeta desentraña los misterios del amanecer.
Melodías matutinas, emociones se entrelazan,
en cada verso, el alma se llena de energía y alegría.
En el resplandor del día que nace, sueños se despliegan,
como símbolos de renovación y optimismo.
El amanecer dorado, el soñador contempla,
en pos de la luz que ilumina el camino.
En el rapsodia del tiempo, la vida se despierta cada día,
como un amanecer que trae nuevas oportunidades.
El poeta, el eterno admirador de la aurora,
en sus versos, el amanecer dorado se hace presente.
Inspirado en poemas de Juan Benito Argüelles – «Melodías del silencio»
En las melodías del silencio, susurros acarician el alma,
rapsodia de calma que envuelve el ser.
En la serenata silente, el corazón se aquieta,
como notas de paz que se entrelazan en el silencio.
Nocturno de palabras no dichas, la luna escucha atenta,
tejiendo sueños y reflexiones en la quietud.
Susurros del silencio, el alma se encuentra consigo misma,
en el rapsodia del tiempo, encuentro mi esencia serena.
El navegante del silencio, en su barca interna navega,
en busca de respuestas y verdades sin palabras.
Bajo la mirada de la luna, secretos se desvelan,
historias ocultas que se revelan en el silencio.
En el eco del silencio, los suspiros se expresan,
el poeta busca la verdad en el recogimiento.
Melodías silenciosas, emociones se entrelazan,
en cada verso, el alma se sumerge en la introspección.
En el abrazo del silencio, sueños se hacen tangibles,
como símbolos de sabiduría y autoconocimiento.
Las melodías del silencio, el soñador contempla,
en pos de la paz que trae el silencio profundo.
En el rapsodia del tiempo, la vida se escucha en el silencio,
como un canto que se eleva en la quietud.
El poeta, el eterno buscador de la esencia,
en sus versos, las melodías del silencio se hacen presentes.
Inspirado en poemas de Antonio Gala – «Latidos del Universo»
En los latidos del Universo, la vida se despliega,
como estrellas que titilan en la vastedad del espacio,
los corazones se conectan, como almas que navegan,
y en la melodía del cosmos, encuentro mi abrazo.
Latidos del Universo, como notas en armonía,
que resuenan en el firmamento, en un eterno compás,
en cada latido, una galaxia se alumbría,
y en los latidos del alma, encuentro mi paz.
En la inmensidad del tiempo, los sueños se materializan,
como constelaciones que se entrelazan, en un baile sin fin,
los pensamientos fluyen, como cometas que divisan,
y en los latidos del ser, encuentro mi serafín.
Latidos del Universo, como mensajes cósmicos,
en el idioma de las estrellas, se dibuja el destino,
en cada latido, una verdad se registra,
y en los latidos del tiempo, encuentro mi camino.
Inspirado en poemas de Antonio Gala – «Versos de esperanza»
En los versos de esperanza, la luz se enciende,
como amaneceres dorados, en el horizonte sereno,
los sueños se despliegan, como alas que se extienden,
y en los versos del alma, encuentro mi terreno.
Versos de esperanza, como mensajes de aliento,
que acarician el corazón, en el latir del presente,
en cada verso, una emoción se siente,
y en los versos del corazón, encuentro mi fuente.
En la penumbra del desánimo, los versos danzan,
como luciérnagas que iluminan, en la oscuridad del pensar,
los sentimientos fluyen, como ríos que avanzan,
y en los versos del universo, encuentro mi anhelo.
Versos de esperanza, como una brújula interna,
que guía el camino, en la maraña del destino,
en cada verso, una visión se inquieta,
y en los versos del tiempo, encuentro mi destino.
Inspirado en poemas de Antonio Gala – «Suspiros de amor eterno»
En los suspiros de amor eterno, dos almas se entrelazan,
como la luna y el sol, en un eterno abrazo celeste,
los corazones laten, como un eco que no se deshazan,
y en la comunión del amor, encuentro mi crecimiento.
Suspiros de amor eterno, como una melodía divina,
que resuena en la eternidad, en el espacio infinito,
en cada suspiro, una historia se despliega,
y en los suspiros del alma, encuentro mi rincón bendito.
En la magia del encuentro, los suspiros se despiertan,
como estrellas que chocan, en el universo del querer,
los sentimientos fluyen, como ríos que se desbordan,
y en los suspiros del ser, encuentro mi renacer.
Suspiros de amor eterno, como promesas susurradas,
en la cálida brisa, que acaricia la piel,
en cada suspiro, una promesa se esparce,
y en los suspiros del corazón, encuentro mi ciel.
Inspirado en poemas de Antonio Gala – «Rincones del corazón»
En los rincones del corazón, los sentimientos se anidan,
como pájaros en su nido, en la paz del ser,
los recuerdos se albergan, como tesoros escondidos,
y en los rincones del alma, encuentro mi poder.
Rincones del corazón, como puertas a lo profundo,
que se abren en el silencio, como libros del vivir,
en cada rincón, una emoción se esconde,
y en los rincones del ser, encuentro mi sentir.
En la quietud del recuerdo, los rincones se despliegan,
como hojas que caen, en el otoño de la vida,
los pensamientos fluyen, como ríos que navegan,
y en los rincones del universo, encuentro mi partida.
Rincones del corazón, como cálices de esperanza,
que se llenan con la vida, en cada nuevo amanecer,
en cada rincón, una verdad se danza,
y en los rincones del tiempo, encuentro mi renacer.
Inspirado en poemas de Antonio Gala – «El eco de la soledad»
En el eco de la soledad, se escuchan susurros callados,
como melodías de silencio, en la quietud del alma,
los pensamientos se entrelazan, como hilos enredados,
y en el eco de la noche, encuentro mi calma.
El eco de la soledad, como un abrazo sin cuerpo,
que envuelve el corazón, en un manto de serenidad,
en cada eco, una emoción se despliega,
y en el eco de mi ser, encuentro mi libertad.
En la penumbra del silencio, los recuerdos resuenan,
como ecos que retornan, en la memoria del tiempo,
los sentimientos fluyen, como ríos que fluyen,
y en el eco de la mente, encuentro mi aliento.
El eco de la soledad, como versos que se susurran,
en el pentagrama del universo, se compone el sentir,
en cada eco, una historia se murmura,
y en el eco de la vida, encuentro mi existir.
Inspirado en poemas de Antonio Gala – «Suspiros de la noche»
En los suspiros de la noche, se ocultan los anhelos,
como luciérnagas brillantes, en el oscuro firmamento,
los sueños se despliegan, como alas en vuelo,
y en el silencio de la noche, encuentro mi aliento.
Suspiros de la noche, como un susurro del viento,
que acaricia el alma, con suave delicadeza,
en cada suspiro, una emoción se desentierra,
y en los suspiros del corazón, encuentro mi belleza.
En el manto estrellado de la noche, los suspiros se desatan,
como estrellas fugaces, que surcan el cielo en desvelo,
los pensamientos fluyen, como ríos que no se acatan,
y en los suspiros del ser, encuentro mi vuelo.
Suspiros de la noche, como melodías nocturnas,
que resuenan en la penumbra, como ecos de pasión,
en cada suspiro, una verdad se discerna,
y en los suspiros del universo, encuentro mi canción.
Inspirado en poemas de Antonio Gala – «El susurro del mar»
En el susurro del mar, encuentro la melodía,
como olas que acarician la orilla con su canto,
los pensamientos se despliegan, como gaviotas en armonía,
y en el murmullo del océano, encuentro mi encanto.
El susurro del mar, como un bálsamo para el alma,
que envuelve el corazón en un abrazo sereno,
en cada susurro, una emoción se enrama,
y en el susurro del horizonte, encuentro mi anhelo.
En la inmensidad del océano, los sueños se despiertan,
como barcos que surcan las aguas en su trayecto,
los recuerdos fluyen, como corrientes que se entrelazan,
y en el susurro del mar, encuentro mi reflejo.
Susurro del mar, como una canción de sirenas,
que embriaga el corazón con su dulce misterio,
en cada susurro, una historia se encadena,
y en el susurro del tiempo, encuentro mi misterio.
Inspirado en poemas de Antonio Gala – «Pinceladas del atardecer»
En las pinceladas del atardecer, los colores se entrelazan,
como artistas en el lienzo del cielo pintando,
los sentimientos se despliegan, como trazos que abrazan,
y en el crepúsculo del día, encuentro mi encanto.
Pinceladas del atardecer, como una sinfonía de tonos,
que danzan en la paleta del horizonte,
en cada pincelada, una emoción se redibuja,
y en las pinceladas del alma, encuentro mi horizonte.
En el lienzo del cielo, los sueños se materializan,
como nubes que toman forma en el ocaso,
los pensamientos fluyen, como ríos que se deslizan,
y en las pinceladas del ser, encuentro mi abrazo.
Pinceladas del atardecer, como versos que se esparcen,
en el pentagrama del tiempo, componiendo la melodía,
en cada pincelada, una visión se aclara,
y en las pinceladas del corazón, encuentro mi armonía.
Inspirado en poemas de Antonio Gala – «Latidos de la naturaleza»
En los latidos de la naturaleza, la vida florece,
como ríos que serpentean, en el vaivén del tiempo,
los corazones del mundo, como un palpitar que agradece,
y en la sinfonía de la tierra, encuentro mi aliento.
Latidos de la naturaleza, como un coro celestial,
que entrelaza los elementos, en un danzar eterno,
en cada latido, una conexión se aviva,
y en los latidos del alma, encuentro mi invierno.
En la inmensidad del paisaje, los sueños se entretejen,
como hojas que se entrelazan, en la vastedad del ser,
los pensamientos fluyen, como ríos que se reflejen,
y en los latidos del universo, encuentro mi saber.
Latidos de la naturaleza, como versos que susurran,
en el pentagrama del mundo, componiendo una melodía,
en cada latido, una armonía se urde,
y en los latidos del corazón, encuentro mi poesía.
Inspirado en poemas de Antonio Gala – «Vuelo de mariposas»
En el vuelo de mariposas, la belleza se libera,
como colores que se alzan, en la danza del cielo,
los corazones se elevan, como alas en primavera,
y en el revoloteo del alma, encuentro mi destello.
Vuelo de mariposas, como poesía en el aire,
que pinta un arcoíris, en el lienzo del horizonte,
en cada aleteo, una ilusión se hace ser,
y en el vuelo de la vida, encuentro mi monte.
En el jardín de los sueños, las mariposas revolotean,
como sueños que despiertan, en la aurora del día,
los sentimientos se cruzan, como caminos que pasean,
y en el vuelo de mi ser, encuentro mi alegría.
Vuelo de mariposas, como versos que se escriben,
en el pentagrama de la naturaleza, se compone la sinfonía,
en cada vuelo, una historia se describe,
y en el vuelo de los sueños, encuentro mi fantasía.
Inspirado en poemas de Antonio Gala – «Versos del horizonte»
En los versos del horizonte, los sueños se alzan,
como cometas que surcan, el cielo de la ilusión,
los corazones laten, como olas que abrazan,
y en los versos del alma, encuentro mi emoción.
Versos del horizonte, como mensajes del viento,
que llevan consigo, secretos del corazón,
en cada verso, una historia se dibuja,
y en los versos del ser, encuentro mi pasión.
En la lejanía del horizonte, los pensamientos se entrelazan,
como caminos que se unen, en la travesía del andar,
los sentimientos fluyen, como ríos que se abrazan,
y en los versos del universo, encuentro mi volar.
Versos del horizonte, como una sinfonía celeste,
que resuena en el alma, con dulce melodía,
en cada verso, una emoción se expresa,
y en los versos del tiempo, encuentro mi poesía.
Inspirado en poemas de Antonio Gala – «Suspiros de la tarde»
En los suspiros de la tarde, el día se desvanece,
como el sol que se oculta, en el lienzo del crepúsculo,
los corazones se aquietan, como el viento que amanece,
y en la quietud de la tarde, encuentro mi arrullo.
Suspiros de la tarde, como un bálsamo para el alma,
que envuelve el corazón, en su manto de serenidad,
en cada suspiro, una emoción se calma,
y en los suspiros del corazón, encuentro mi intimidad.
En la calma de la tarde, los pensamientos fluyen,
como hojas que se desprenden, en la brisa del atardecer,
los sueños se tejen, como hilos que se entrelazan,
y en los suspiros del ser, encuentro mi florecer.
Suspiros de la tarde, como notas en el silencio,
que susurran al alma, con suave melodía,
en cada suspiro, una verdad se desvelo,
y en los suspiros del universo, encuentro mi armonía.