de los máximos exponentes del modernismo literario en Hispanoamérica. Nacido en Tepic, México, su obra poética se caracteriza por su emotividad, belleza lírica y profunda espiritualidad.
Los «Poemas de Amado Nervo» nos sumergen en un universo poético lleno de sensibilidad y reflexión. Su estilo lírico, elegante y melancólico, se nutre de un profundo amor por la naturaleza y una búsqueda constante de la trascendencia. A través de sus versos, Nervo aborda temas universales como el amor, la muerte, la soledad y la fe, expresando con maestría las complejidades del alma humana.
Inspirado en «En paz» de Amado Nervo
En la quietud de la noche estrellada,
donde el alma se serena y se aquíeta,
cada suspiro es una plegaria susurrada,
y en cada plegaria, el corazón se calma y se apacienta.
En paz reposa el corazón afligido,
como un ave que encuentra su nido en la esperanza,
cada latido es un verso compartido,
y en cada verso, el alma halla su bonanza.
En cada estrofa, una melodía se entrelaza,
y en la paz, donde el alma se asila y se encumbra,
cada palabra es un refugio que se enlaza,
en el rincón de la serenidad, donde la poesía se asombra y se adumbra.
Inspirado en «La amada inmóvil» de Amado Nervo:
En la memoria, la amada inmóvil reside,
como una imagen que el tiempo no borra,
cada recuerdo es un suspiro que se decide,
y en cada suspiro, el corazón se aflora.
En la inmovilidad del pensamiento,
donde el alma retiene su esencia,
cada momento es un regalo que se ostenta,
y en cada regalo, el corazón siente el afecto.
En cada instante, una caricia se revive,
y en la amada inmóvil, donde el alma se inspira,
cada estrofa es una canción que se aviva,
en el eco del amor, donde la poesía se admira.
Inspirado en «La balada del poeta» de Amado Nervo:
El poeta canta con su voz desbordante,
como un río que fluye en la noche serena,
cada palabra es un sueño que se atesora,
y en cada sueño, el corazón se llena de pena.
El poeta balbucea sus versos al viento,
en el aire etéreo, donde el alma se eleva,
cada estrofa es un viaje que se encuentra en movimiento,
y en cada viaje, el corazón halla su reserva.
En cada poema, una emoción se manifiesta,
y en la balada del poeta, donde el alma se enreda,
cada estrofa es un poema que se molesta,
en el rincón de la inspiración, donde la poesía se enreda.
En el fragor de la tempestad embravecida,
donde el alma se enfrenta a la furia de la vida,
cada relámpago es un grito que se escucha,
y en cada grito, el corazón se agita y se acelera.
La tempestad arrastra el alma errante,
como un vendaval que arrasa en la tormenta,
cada tormenta es un desafío que se implante,
y en cada desafío, el corazón se enfrenta.
En cada río de lágrimas, una tristeza se esconde,
y en una tempestad, donde el alma se aturde,
cada estrofa es un deseo que se esconde,
en el vendaval del tiempo, donde la poesía se escurre.
Inspirado en «La princesa del cuento» de Amado Nervo:
Había una vez una princesa encantada,
donde el alma danzaba en la fantasía,
cada sueño era un cuento que se narraba,
y en cada narración, el corazón se perdía.
Ella era la protagonista del relato,
con su belleza y encanto inigualable,
cada paso suyo era un paso de raso,
y en cada paso, el corazón se hacía vulnerable.
Los cuentos la llevaban a mundos desconocidos,
donde la magia y los sueños se entretejían,
cada página leía con ojos adormecidos.
Inspirado en «Serenidad» de Amado Nervo:
En el silencio del amanecer dorado,
donde el alma fluye en serenidad,
cada suspiro es un verso entonado,
y en cada verso, el corazón halla su paz y su verdad.
La serenidad es como un río tranquilo,
que fluye en el paisaje del ser interior,
cada oleaje es un abrazo sencillo,
y en cada abrazo, el corazón se llena de amor.
Las montañas de la serenidad se alzan,
en el horizonte del alma en calma,
cada cumbre es un refugio donde el ser descansa,
y en cada descanso, el corazón encuentra su salma.
Inspirado en «Cantos del optimista» de Amado Nervo:
En el horizonte del optimismo radiante,
donde el alma alza su voz esperanzada,
cada canto es un eco que se expande,
y en cada eco, el corazón se alegra y se alza.
El optimista mira más allá del horizonte,
donde los sueños se vuelven realidad,
cada meta es un faro que lo monte,
y en cada faro, el corazón se llena de inmortalidad.
El canto del optimista es una sinfonía,
que se compone de risas y alegría,
cada nota es un poema que guía,
y en cada guía, el corazón se envuelve en poesía.
Inspirado en «La canción del suicida» de Amado Nervo
En el rincón oscuro de la desesperanza,
donde el alma se sumerge en el abismo,
cada nota es un grito que avanza,
y en cada grito, el corazón busca el alivio y el bálsamo.
La canción del suicida es un lamento,
que se escucha en el silencio de la noche,
cada estrofa es un grito contenido,
y en cada grito, el corazón se esconde.
Pero en la oscuridad más profunda,
siempre hay una luz que se asoma,
cada esperanza es una cuerda que se ajusta,
y en cada ajuste, el corazón se llena de aroma.
Inspirado en «El gran poeta» de Amado Nervo
En el rincón del alma inspirada,
donde el corazón desborda pasión,
cada palabra es un verso que se declara,
y en cada declaración, el alma siente la exaltación.
El gran poeta es un artista de la palabra,
que pinta cuadros con tinta y papel,
cada obra es una ventana abierta al alma,
y en cada ventana, el corazón se vuelve fiel.
En cada verso, una emoción se desata,
y en cada desata, el corazón siente euforia,
cada estrofa es un rincón del alma,
y en cada rincón, el corazón halla su gloria.
Inspirado en «Rocío» de Amado Nervo:
En la frescura del rocío en la mañana,
donde el alma se despierta y se regocija,
cada gota es una caricia temprana,
y en cada caricia, el corazón se refresca y se abriga.
El rocío cubre el paisaje con su manto,
cada hoja lo recibe como un regalo,
cada pétalo es un lienzo blanco,
y en cada lienzo, el corazón halla su estalo.
Las gotas de rocío brillan como estrellas,
en la inmensidad del firmamento matinal,
cada brillo es un destello que destella,
y en cada destello, el corazón se siente primaveral.
Inspirado en «Musa» de Amado Nervo:
En el rincón sagrado del corazón creativo,
donde la musa danza en su esplendor,
cada inspiración es un verso intuitivo,
y en cada verso, el corazón siente la pasión y el fervor.
La musa es la diosa de la inspiración,
que susurra en el oído del poeta,
cada susurro es una invitación,
y en cada invitación, el corazón se vuelve completo.
Las musas bailan en el escenario de la mente,
cada movimiento es una melodía divina,
cada instante es un momento resonante,
y en cada resonancia, el corazón se inunda de adrenalina.
Inspirado en «El cielo de los amores» de Amado Nervo:
En el cielo de los amores eternos,
donde el alma vuela sin medida,
cada estrella es un recuerdo tierno,
y en cada recuerdo, el corazón se despide.
El cielo de los amores brilla con esplendor,
como un manto celestial de pasiones,
cada constelación es un romance encantador,
y en cada romance, el corazón encuentra emociones.
Inspirado en «En voz baja» de Amado Nervo
En la penumbra de la noche callada,
donde el alma susurra en voz baja,
cada palabra es un secreto compartida,
y en cada secreto, el corazón se enmudece y se ensambla.
Las palabras se entrelazan en el silencio,
como hilos que tejen la tela del entendimiento,
cada murmullo es un eco en el vacío inmenso,
y en cada eco, el corazón halla el cimiento.
Inspirado en «La canción del otoño» de Amado Nervo:
En el ocaso del otoño dorado,
donde el alma se adentra en melancolía,
cada hoja caída es un recuerdo guardado,
y en cada recuerdo, el corazón se envuelve en poesía.
El otoño tiñe los días de añoranza,
como pinceles que pintan un lienzo dorado,
cada suspiro es una danza,
y en cada danza, el corazón se siente consolado.
Inspirado en «La luna de enfrente» de Amado Nervo
En el cielo nocturno, la luna de enfrente brilla,
donde el alma se encuentra con su reflejo,
cada rayo lunar es una caricia sencilla,
y en cada caricia, el corazón se llena de reflejo.
La luna es testigo de secretos y suspiros,
como confidente silente en el firmamento,
cada fase es un ciclo de amores y retiros,
y en cada ciclo, el corazón se torna atento.
Inspirado en «El pajarito» de Amado Nervo
En la libertad del pajarito en vuelo,
donde el alma se siente ligera,
cada ala batida es un anhelo,
y en cada anhelo, el corazón se vuelve mensajera.
El pajarito trina su melodía al viento,
como notas musicales en el aire,
cada trino es un canto de sentimiento,
y en cada canto, el corazón se siente pleno y sin compare.
Inspirado en «La vejez de Don Juan» de Amado Nervo:
En la vejez de Don Juan errante,
donde el alma revive su juventud,
cada arruga es una historia fascinante,
y en cada historia, el corazón se siente plenitud.
Don Juan, el seductor incansable,
ha dejado su huella en el camino,
cada vivencia es un capítulo imborrable,
y en cada capítulo, el corazón se torna más sabio y genuino.
Inspirado en «Amor eterno» de Amado Nervo:
En el infinito del amor eterno,
donde el alma se funde en un abrazo,
cada latido es un lazo tierno,
y en cada lazo, el corazón se encuentra en acaso.
El amor eterno no conoce fronteras,
como el viento que sopla sin cesar,
cada encuentro es una conexión sincera,
y en cada conexión, el corazón se siente volar.