figuras más importantes de la literatura en lengua española del siglo XX. Su obra abarca diversos géneros, incluyendo la poesía, donde dejó un legado significativo. Sus poemas se caracterizan por una prosa lírica exquisita, una profunda reflexión sobre la vida y la naturaleza humana, y una visión cosmopolita que abraza la universalidad del ser humano.
En sus versos, Alfonso Reyes exploró temas como el tiempo, la memoria, el amor, la historia y la cultura, utilizando un lenguaje poético lleno de imágenes y metáforas. Su estilo es elegante y sofisticado, mostrando su erudición y su profundo conocimiento de la literatura clásica y moderna.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Luz»
En el fulgor de la aurora naciente,
el resplandor del día despierta,
un sol dorado brilla en el cielo,
desvelando secretos de la naturaleza.
La claridad se refleja en los muros,
resplandecen las sombras en la tierra,
y en cada rincón, la luz se despliega,
iluminando sueños y esperanzas.
En cada mirada, en cada sonrisa,
la luz se manifiesta, pura y sincera,
iluminando el camino de la vida,
marcando el sendero de la primavera.
En el ocaso, la luz se desvanece,
pero en el recuerdo, su llama persiste,
como un faro guía en la noche oscura,
alentando al alma a seguir su ruta.
Que nunca falte la luz en el camino,
que ilumine los días y las penumbras,
que sea guía en la senda del destino,
y en el corazón, siempre eterna y profunda.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «El árbol»
Bajo la sombra del árbol centenario,
se esconde un mundo de misterio y encanto,
sus hojas susurran secretos al viento,
sus raíces se aferran al suelo sagrado.
En sus ramas, los pájaros anidan,
y en su tronco, los cuentos se graban,
testigo silente de las edades,
testigo fiel de las historias que pasan.
El árbol es vida en movimiento,
sus hojas danzan con suave armonía,
en cada estación, una nueva promesa,
en cada brote, una dulce melodía.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Las mujeres danzantes»
Bailan las mujeres con gracia y fervor,
sus cuerpos en movimiento, puro esplendor,
en cada giro, expresan su pasión,
libres y valientes, desafían la razón.
Sus movimientos cuentan historias,
de luchas y sueños, de glorias y victorias,
su danza es un himno a la feminidad,
un tributo a la fuerza y la libertad.
Bailan las mujeres con el corazón,
entrelazan sus manos en comunión,
tejen con su baile un lazo eterno,
unidos en un mismo sentimiento.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «El cadáver»
Bajo tierra yace el cadáver inerte,
testigo silente de la vida que fue,
una vez vibrante, ahora en reposo,
descansa en paz, en el eterno adiós.
Las flores lo rodean con cariño,
una ofrenda de amor en el camino,
sus seres queridos lloran su partida,
pero en el recuerdo, su alma perdura.
El cadáver es eco del tiempo vivido,
reflejo fugaz de un instante compartido,
pero en el corazón, vive el recuerdo,
un legado de amor que nunca muere.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Calle de las campanas»
En la calle de las campanas suenan,
melodías que tocan el alma serena,
sus notas, como susurros celestiales,
anuncian alegrías y penas maternales.
El tañido de las campanas en el aire,
marca el compás de la vida, sin cesar,
cada badajo resuena en el corazón,
un eco eterno, una antigua canción.
En la calle de las campanas se agita,
la esencia del pasado que palpita,
testigo de historias, de amores y duelos,
su voz nos envuelve, cual cálido velo.
Así, en la calle de las campanas,
la vida fluye, y el tiempo se amansa,
unidos en su música sagrada,
en cada repique, el alma se alaba.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «El peine»
En el peine, los cabellos se entrelazan,
reflejo de la vida que se abraza,
sus dientes finos desenredan las penas,
alisan los días, despejan las quimeras.
Cada púa es una caricia en el pelo,
un gesto dulce que cura el desvelo,
el peine es símbolo de amor y cuidado,
acaricia el alma, un lazo tejido.
En el peine, se esconde un mundo secreto,
donde los sueños se tejen en silencio,
entre sus cerdas, las historias se hallan,
guardadas con mimo, como joyas raras.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Tarde»
En la tarde, el sol se despide en calma,
pintando el cielo con tonos de esmeralda,
la luz se vuelve suave, melancólica,
en cada atardecer, una historia mágica.
En la tarde, la sombra se extiende lentamente,
los sueños despiertan en el alma de la gente,
las horas se desvanecen, sin prisa ni urgencia,
y el tiempo se convierte en pura experiencia.
En la tarde, el viento susurra sus secretos,
las hojas danzan al ritmo de sus cuentos,
los suspiros se entrelazan con la brisa,
y la tarde se convierte en poesía divisa.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Noche»
En la noche, las estrellas se encienden,
un manto de luz sobre el cielo asciende,
la luna en su esplendor, majestuosa,
ilumina el mundo con su luz hermosa.
En la noche, los sueños se despliegan,
las almas se conectan y se entregan,
en cada rincón, un misterio florece,
y en la oscuridad, el alma agradece.
En la noche, el silencio habla en susurros,
las sombras danzan al compás de lo oscuro,
un aura mágica envuelve el universo,
y la noche se convierte en un eterno verso.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Viaje al país de los tártaros»
En el país de los tártaros, el tiempo se detiene,
una tierra de enigmas y sueños que refleje,
susurros antiguos, historias por descubrir,
un viaje mágico, donde el alma pueda vivir.
En las estepas doradas, los vientos soplan libres,
y los ríos serpentean, como hilos de un cuadro vivaz,
los paisajes se despliegan, un lienzo que inspira,
y el corazón se embriaga con la paz que da la paz.
En el país de los tártaros, los corazones se unen,
unidos por la música que late con el viento,
y en cada melodía, se encuentra la esencia,
del alma que florece, en este mundo sediento.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Piedra de sol»
En la piedra de sol, el tiempo se entrelaza,
un laberinto místico, donde el alma abraza,
cada rayo de luz, cada instante, cada hora,
una danza eterna, una historia que enamora.
Los días y las noches, en el círculo danzante,
un sol brillante, una luna en su romance,
la piedra de sol guarda los sueños y deseos,
entre sus grietas, la vida fluye en desvaríos.
En cada arista, un reflejo de la vida vivida,
el pasado y el presente, en eterna armonía,
y en el centro de la piedra, el corazón palpita,
latiendo con fuerza, en esta danza infinita.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Las mascaras»
Detrás de las máscaras, se ocultan los anhelos,
el rostro enmascarado, los miedos y desvelos,
cada gesto y sonrisa, un enigma por desvelar,
las máscaras se alzan, pero el alma puede brillar.
En el carnaval de la vida, las máscaras desfilan,
mientras las almas buscan, en la fiesta, su destino,
una danza de disfraces, un juego de identidad,
pero en el corazón, se encuentra la verdad.
En el teatro de la vida, las máscaras son actores,
representan mil papeles, con ocultos fervores,
pero al final del día, cuando cae la escena,
la verdad se revela, y el alma queda serena.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «La peregrina»
Bajo el cielo estrellado, la peregrina camina,
con los pies cansados, pero el alma decidida,
en busca de respuestas, de encuentros y destino,
sigue el sendero incierto, con valor y sin queja.
La peregrina lleva en su corazón la esperanza,
un fuego que arde, que ilumina su andanza,
cada paso es un rezo, una plegaria silente,
y en cada encuentro, halla consuelo, mente a mente.
Por valles y montañas, su fe la guía en el trayecto,
en cada mirada, se refleja un nuevo afecto,
la peregrina aprende, que en la unión está la fuerza,
y en el viaje, encuentra la esencia, la riqueza.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Las parcas de Sófocles»
Las parcas hilan los destinos con sus ruecas doradas,
tejen con hilos invisibles las vidas entrelazadas,
cada vida es un enigma, un tejido en el tapiz del tiempo,
y las parcas, sin prisa ni pausa, cumplen su designio.
El hilo de la vida se estira, se acorta, se entreteje,
las parcas son testigos de cada risa y lamento,
no hay escapatoria, ni vuelta atrás, ni desvarío,
solo el inexorable paso del tiempo en su movimiento.
En el telar del destino, las parcas son silenciosas,
y en cada corte, una vida se marchita y reposa,
pero en el ciclo eterno, cada fin es nuevo inicio,
y en las parcas, la certeza de un misterio paradójico.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «El espejo de la muerte»
En el espejo de la muerte, el reflejo es implacable,
mostrando el paso del tiempo, la verdad inmutable,
cada arruga, cada cana, un mapa de experiencias,
y en el espejo, se refleja la vida con sus distancias.
El espejo de la muerte, nos recuerda la finitud,
que cada día cuenta, y que el tiempo es un festín,
nos invita a apreciar cada momento, cada encuentro,
y a valorar el presente, antes que el tiempo se lleve todo.
En el espejo de la muerte, el alma se reconoce,
la vida se ve más clara, sin disfraz ni velo,
y en el espejo, el tiempo se detiene por un instante,
hasta que el reflejo se borra, y la muerte se convierte en un viaje.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Las mujeres danzantes»
Las mujeres danzantes giran en el aire,
como hojas que bailan, en el viento sin parar,
sus cuerpos se entrelazan, formando un cuadro,
una sinfonía de movimientos, un arte singular.
En la danza, expresan la esencia del ser,
la fuerza, la pasión, el poder de ser mujer,
sus cuerpos son lienzos donde pintan emociones,
y en cada movimiento, destilan sus sensaciones.
Las mujeres danzantes, con gracia y valentía,
transmiten en su baile, la fuerza de la vida,
su danza es un canto, un tributo a la libertad,
una declaración de amor a la feminidad.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Calle de las campanas»
En la calle de las campanas, suenan los sueños,
las melodías del alma, los anhelos más tiernos,
cada badajo, un eco de la vida que fluye,
una sinfonía de esperanza, que al corazón incluye.
Las campanas, como susurros del universo,
marcan el compás de la vida, su eterno verso,
cada tañido, una nota en el pentagrama,
que llena de armonía, la calle que se ama.
En la calle de las campanas, se forjan memorias,
se tejen recuerdos, en la historia de las glorias,
y en cada repique, los corazones se alzan,
celebrando la vida, como un poema que nunca acaba.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «El titiritero»
El titiritero en su escenario, con maestría,
mueve los hilos de sus títeres, con fantasía,
cada marioneta cobra vida, en sus manos,
y en la danza de los muñecos, se cuentan mil relatos.
El titiritero es narrador y artista,
con hilos invisibles, en su mundo conquista,
cada gesto, cada mirada, un lenguaje sin palabras,
que habla al alma, y en los corazones se graba.
En el teatro de los títeres, el titiritero juega,
y en cada función, la magia se despliega,
una maravilla de emociones, en su espectáculo,
que cautiva a grandes y pequeños, con su encanto.
En la obra de Alfonso Reyes, la poesía se despliega,
un abanico de temas y emociones, donde el alma vuela,
cada verso es un pincelazo, un cuadro que se pinta,
un legado poético que en nuestros corazones se sienta.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Cantico de la esposa»
En el canto de la esposa, el amor se desvela,
como un río que fluye, en su cauce revela,
sus versos son caricias, que abrazan el corazón,
una declaración de amor, llena de emoción.
La esposa canta sus anhelos, sus sueños más profundos,
como notas musicales, se elevan hacia el cielo azul,
en su canto, se funden la pasión y el deseo,
una melodía eterna, en cada verso que veo.
El canto de la esposa es un poema de entrega,
de la unión de dos almas, en una danza sincera,
sus palabras son suspiros, que tocan el infinito,
una poesía de amor, que el alma siente bendito.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Orilla»
En la orilla del mar, las olas acarician la arena,
como susurros del océano, que el alma amena,
la brisa abraza el rostro, como un beso del viento,
y en la orilla, se funden los sueños y el aliento.
En la orilla, el horizonte se expande sin fronteras,
una invitación a soñar, en cada ola que espera,
el mar es un espejo, que refleja el firmamento,
un paisaje de emociones, en cada momento.
La orilla es un umbral, entre la tierra y el mar,
un punto de encuentro, donde el alma puede amar,
en cada paso, la vida se funde con la naturaleza,
y en la orilla, encontramos nuestra propia grandeza.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «El titiritero»
El titiritero en su escenario, con maestría,
mueve los hilos de sus títeres, con fantasía,
cada marioneta cobra vida, en sus manos,
y en la danza de los muñecos, se cuentan mil relatos.
El titiritero es narrador y artista,
con hilos invisibles, en su mundo conquista,
cada gesto, cada mirada, un lenguaje sin palabras,
que habla al alma, y en los corazones se graba.
En el teatro de los títeres, el titiritero juega,
y en cada función, la magia se despliega,
una maravilla de emociones, en su espectáculo,
que cautiva a grandes y pequeños, con su encanto.
En la obra de Alfonso Reyes, la poesía se despliega,
un abanico de temas y emociones, donde el alma vuela,
cada verso es un pincelazo, un cuadro que se pinta,
un legado poético que en nuestros corazones se sienta.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «El cadáver»
En el lecho de muerte, el cadáver descansa,
una vida que se apaga, como la llama en la danza,
sus ojos cerrados, pero su alma presente,
un viaje sin retorno, hacia lo eternamente.
El cadáver es testigo de la vida que fue,
sus huellas en la tierra, su legado y su edén,
en el adiós final, las lágrimas se mezclan,
con la serenidad de un alma que se libera.
En el cadáver, la vida se convierte en misterio,
una puerta que se cierra, un tránsito necesario,
pero en la memoria, su esencia perdura,
y en los corazones, su amor siempre perdura.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Viaje al país de los tártaros»
En el país de los tártaros, la fantasía se despliega,
un universo onírico, donde el alma se entrega,
sus colores y paisajes, un lienzo de maravillas,
donde el tiempo se diluye, y las emociones brillan.
En cada paso del viaje, se encuentra una sorpresa,
los sueños se vuelven realidad, en esta odisea,
un país de mil historias, de mitos y leyendas,
donde el corazón se abre, y la imaginación no frena.
El país de los tártaros es una tierra encantada,
donde el alma vuela libre, sin carga ni pesada,
un viaje de autodescubrimiento, de risas y de llanto,
una aventura que se vive, en cada sueño y encanto.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Las parcas de Sófocles»
Las parcas tejen la vida, como hilanderas diestras,
cada hilo que entrelazan, es un destino que se muestra,
sus ruecas giran sin cesar, como el tiempo en su rueda,
y en cada corte del hilo, una vida queda.
Las parcas de Sófocles, implacables y sabias,
tejen el tapiz del destino, con sus manos hábiles,
en cada corte, una historia se concluye,
y en el telar del tiempo, un nuevo camino surge.
En el drama de las parcas, la vida se enreda,
como hilos que se entrelazan, en la gran madeja,
pero en su danza eterna, se forja el alma entera,
y en cada vuelta del tiempo, una nueva senda espera.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Calle de las campanas»
En la calle de las campanas, el tiempo se detiene,
cada badajo es un latido, una melodía que sostiene,
los días y las noches, en un baile eterno,
donde el alma se libera, y encuentra su invierno.
Las campanas en la calle, cantan su propia historia,
cada repique es un eco, de memorias y victorias,
las voces se elevan, como pájaros en vuelo,
y en la calle de las campanas, el corazón se desvelo.
En la calle de las campanas, los sueños se entrelazan,
las esperanzas danzan, como mariposas danzan,
una sinfonía de emociones, que llena el aire,
y en cada repique, el alma encuentra su compás.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «El peine»
En el peine se esconde, la esencia de la vida,
los cabellos que se enredan, como ríos sin medida,
cada púa es un suspiro, que acaricia el alma,
y en el peine, se despliega, una historia y una calma.
En el peine se deshacen, los nudos y los miedos,
una caricia silente, que sana todos los credos,
sus dientes finos, cual besos en la piel,
y en el peine, se halla, un secreto por revelar.
El peine es testigo, de cada emoción vivida,
cada cepillada, es un rito que reconstruye la vida,
en cada pasada, una nueva experiencia,
y en el peine, se desata, un río de existencia.
Inspirado en poemas de Alfonso Reyes – «Luna en la muralla»
En la muralla de la noche, la luna se despliega,
como un faro en el cielo, que la oscuridad refleja,
sus rayos de plata, iluminan el paisaje,
y en la muralla, el alma encuentra su mensaje.
La luna en la muralla, es cómplice y testigo,
de amores y despedidas, que en la noche se abrigo,
sus fases cambiantes, como el latir del corazón,
y en la muralla, se refleja, la eterna transformación.
En la muralla de la noche, la luna vela y encanta,
un manto de luz plateada, que al alma encanta,
cada noche, un nuevo poema en el firmamento,
y en la muralla, se esconde, el secreto del momento.