Poemas de Alfonsina Storni

Los poemas de Alfonsina Storni, danzan en la mente del lector. Sus palabras intrincadas pintan retratos vívidos de la experiencia humana. La autora, navegando entre el dolor y la esperanza, invita a los lectores a sumergirse en su universo lírico, donde los sentimientos cobran vida en presente participio.

La poesía de Storni abraza lo efímero y lo eterno en un abrazo poético. Sus versos, evocando imágenes de la naturaleza y los ciclos de la vida, capturan la fugacidad del tiempo mientras celebran la belleza de cada instante. Sus poemas, palpables y en constante movimiento, se convierten en testigos silentes de la efervescencia de la existencia.

Storni da voz a las voces silenciadas, a las preocupaciones de las mujeres y a las luchas de la sociedad. Sus poemas, impregnados de feminismo y justicia social, resuenan en los corazones de quienes buscan igualdad y empatía. A través de metáforas ingeniosas y tonos apasionados, la autora enfrenta los desafíos con valentía y resiliencia.

Biografía de Alfonsina Storni

Alfonsina Storni, nacida en 1892 en Suiza y criada en Argentina, teje su vida en una narrativa única. Sus experiencias moldean su camino como poetisa, emergiendo de la juventud con inquietudes literarias y una curiosidad ferviente por el mundo.

Explorando y Cuestionando en Juventud

En su adolescencia, Alfonsina, se sumerge en la búsqueda de conocimiento y explora la escritura como una vía para expresarse. Cuestionando las normas sociales y desafiando las expectativas de género, sembrando las semillas de los futuros poemas de empoderamiento y feminismo.

Vínculos que Marcan tu Trayectoria

Sus conexiones con el mundo literario de Argentina le brindaron apoyo y oportunidades. Tejiendo lazos con otros escritores y poetas, compartiendo ideas y creando un espacio para sus palabras. Estos vínculos se inspiran a seguir adelante y a enfrentar los desafíos de ser una mujer en un mundo literario dominado por hombres.

Las Palabras como Refugio y Expresión

En medio de luchas personales y profesionales, Alfonsina, se sumerges en la escritura como refugio. Los versos, llenos de emociones palpables, se convierten en el lienzo en el que plasmas sus pensamientos más profundos y sinceros. Compartiendo las experiencias y luchas a través de poemas que resuenan con muchos.

Desafiando Normas y Levantando Voces

A medida que se desarrolla como poetisa, las palabras se convierten en un catalizador de cambio. Aborda temas tabú y desafía las normas sociales de la época. Sus versos enérgicos y combativos despiertan conciencia sobre la igualdad de género y el papel de la mujer en la sociedad.

Un Legado que Perdura en el Tiempo

A lo largo de su vida, Alfonsina, dejo un legado imborrable en el mundo literario y más allá. Sus obras siguen siendo fuente de inspiración para generaciones posteriores, conectando a las personas con las emociones y experiencias humanas a través de sus versos.

Fallecimiento de Alfonsina Storni

Alfonsina Storni, en los últimos días de octubre de 1938, enfrenta una lucha interna que culmina en una decisión trágica. Su mente y espíritu, siempre en movimiento, enfrentan un momento de calma cuando eligio alejarte de este mundo.

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7 Poemas de Alfonsina Storni: Poemas Feministas

Los poemas feministas de Alfonsina Storni son un testimonio elocuente de su compromiso con la igualdad de género y la liberación de las mujeres. A través de versos en presente participio, Storni desafía las estructuras patriarcales y da voz a las luchas y aspiraciones de las mujeres de su época.

A través de su poesía, Storni cuestiona los roles tradicionales de género y desafía los estereotipos arraigados en la sociedad. Sus versos en presente participio exploran la identidad femenina de manera profunda y compleja, permitiendo a las mujeres romper con las limitaciones impuestas y abrazar su autenticidad.

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1. Poemas de Alfonsina Storni

Hombre pequeñito, hombre pequeñito,
Suelta a tu canario que quiere volar…
Yo soy el canario, hombre pequeñito,
Déjame saltar.
Estuve en tu jaula, hombre pequeñito,
Hombre pequeñito que jaula me das.
Digo pequeñito porque no me entiendes,
Ni me entenderás.
Tampoco te entiendo, pero mientras tanto
Ábreme la jaula que quiero escapar;
Hombre pequeñito, te amé media hora,
No me pidas más.
Bien pudiera ser
Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido
No fuera más que aquello que nunca pudo ser,
No fuera más que algo vedado y reprimido
De familia en familia, de mujer en mujer.
Dicen que en los solares de mi gente, medido
Estaba todo aquello que se debía hacer…
Dicen que silenciosas las mujeres han sido
De mi casa materna… Ah, bien pudiera ser…
A veces a mi madre apuntaron antojos
De liberarse, pero se le subió a los ojos
Una honda amargura, y en la sombra lloró.
Y todo eso mordiente, vencido, mutilado
Todo eso que se hallaba en su alma encerrado,
Pienso que sin quererlo lo he libertado yo.

2. Tú, que nunca serás

Sábado fue, y capricho el beso dado,
capricho de varón, audaz y fino,
mas fue dulce el capricho masculino
a este mi corazón, lobezno alado.

No es que crea, no creo, si inclinado
sobre mis manos te sentí divino,
y me embriagué. Comprendo que este vino
no es para mí, mas juega y rueda el dado.

Yo soy esa mujer que vive alerta,
tú el tremendo varón que se despierta
en un torrente que se ensancha en río,

y más se encrespa mientras corre y poda.
Ah, me resisto, más me tiene toda,
tú, que nunca serás del todo mío.

3. Queja

Señor, mi queja es ésta,
Tú me comprenderás;
De amor me estoy muriendo,
Pero no puedo amar.

Persigo lo perfecto
En mí y en los demás,
Persigo lo perfecto
Para poder amar.

Me consumo en mi fuego,
¡Señor, piedad, piedad!
De amor me estoy muriendo,
¡Pero no puedo amar!

4. Tú me quieres blanca

Tú me quieres alba,
me quieres de espumas,
me quieres de nácar.
Que sea azucena
sobre todas, casta.
De perfume tenue.
corola cerrada.

Ni un rayo de luna
filtrado me haya.
Ni una margarita
se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca,
tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas
las copas a mano,
de frutos y mieles
los labios morados.
Tú que en el banquete
cubierto de pámpanos
dejaste las carnes
festejando a Baco.Tú que en los jardines
negros del Engaño
vestido de rojo
corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto
conservas intacto
no sé todavía
por cuáles milagros,
me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!

Huye hacia los bosques,
vete a la montaña;
límpiate la boca;
vive en las cabañas;
toca con las manos
la tierra mojada;
alimenta el cuerpo
con raíz amarga;
bebe de las rocas;
duerme sobre escarcha;
renueva tejidos
con salitre y agua.

Habla con los pájaros
y lévate al alba.
Y cuando las carnes
te sean tornadas,
y cuando hayas puesto
en ellas el alma
que por las alcobas
se quedó enredada,
entonces, buen hombre,
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.

5. El clamor

Alguna vez, andando por la vida,
por piedad, por amor,
como se da una fuente, sin reservas,
yo di mi corazón.

Y dije al que pasaba, sin malicia,
y quizá con fervor:
-Obedezco a la ley que nos gobierna:
He dado el corazón.

Y tan pronto lo dije, como un eco
ya se corrió la voz:
-Ved la mala mujer esa que pasa:
Ha dado el corazón.

De boca en boca, sobre los tejados,
rodaba este clamor:
-¡Echadle piedras, eh, sobre la cara;
ha dado el corazón!

Ya está sangrando, sí, la cara mía,
pero no de rubor,
que me vuelvo a los hombres y repito:
¡He dado el corazón!

6. Hombre

Hombre, yo quiero que mi mal comprendas,
hombre, yo quiero que me des dulzura,
hombre, yo marcho por tus mismas sendas;
hijo de madre: entiende mi locura…

7. Dulce tortura

Polvo de oro en tus manos fue mi melancolía;
Sobre tus manos largas desparramé mi vida;
Mis dulzuras quedaron a tus manos prendidas;
Ahora soy un ánfora de perfumes vacía.

Cuánta dulce tortura quietamente sufrida,
Cuando, picada el alma de tristeza sombría,
Sabedora de engaños, me pasada los días
¡Besando las dos manos que me ajaban la vida!

7 Poemas de Alfonsina Storni: Poemas de protesta

Los poemas de Alfonsina Storni de denuncia y protesta son un llamado urgente a la acción contra las inequidades y las injusticias de su época. A través de versos en presente participio, Storni expone las brechas sociales y económicas, arrojando luz sobre la difícil realidad de aquellos que son marginados y oprimidos.

Storni utiliza su poesía como un espejo que refleja la crudeza de la vida de los menos privilegiados. Sus versos en presente participio pintan imágenes vívidas de la pobreza, la explotación laboral y las condiciones desfavorables que enfrentan muchos. Su voz resuena con indignación y empatía, conectando a los lectores con las realidades a menudo pasadas por alto.

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1. Dolor

Quisiera esta tarde
Pasear por la orilla lejana del mar;

Que la arena de oro, y las aguas verdes,
Y los cielos puros me vieran pasar.

Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
Como una romana, para concordar

Con las grades olas, y las rocas muertas
Y las anchas playas que ciñen el mar.

Con el paso lento, y los ojos fríos
Y la boca muda, dejarme llevar;

Ver cómo las aves rapaces se comen
Los peces pequeños y no despertar;
Pensar que pudieran las frágiles barcas
Hundirse en las aguas y no suspirar;

Ver que se adelanta, la garganta al aire,
El hombre más bello; no desear amar…

Perder la mirada, distraídamente,
Perderla, y que nunca la vuelva a encontrar;

Y, figura erguida, entre cielo y playa,
Sentirme el olvido perenne del mar.

2. ¿Qué diría?

¿Qué diría la gente, recortada y vacía,
Si en un día fortuito, por ultrafantasía,
Me tiñera el cabello de plateado y violeta,
Usara peplo griego, cambiara la peineta
Por cintillo de flores: miosotis o jazmines,
Cantara por las calles al compás de violines,
O dijera mis versos recorriendo las plazas,
Libertado mi gusto de vulgares mordazas?

¿Irían a mirarme cubriendo las aceras?
¿Me quemarían como quemaron hechiceras?
¿Campanas tocarían para llamar a misa?

En verdad que pensarlo me da un poco de risa.

3. A Eros

He aquí que te cacé por el pescuezo
a la orilla del mar, mientras movías
las flechas de tu aljaba para herirme
y vi en el suelo tu floreal corona.

Como a un muñeco destripé tu vientre
y examiné sus ruedas engañosas
y muy envuelta en sus poleas de oro
hallé una trampa que decía: sexo.

Sobre la playa, ya un guiñapo triste,
te mostré al sol, buscón de tus hazañas,
ante un corro asustado de sirenas.

Iba subiendo por la cuesta albina
tu madrina de engaños, doña Luna,
y te arrojé a la boca de las olas.

4. Calle

Un callejón abierto
entre altos paredones grises.
A cada momento
la boca oscura de las puertas,
los tubos de los zaguanes,
trampas conductoras
a las catacumbas humanas.
¿No hay un calosfrío
en los zaguanes?
¿Un poco de terror
en la blancura ascendente
de una escalera?
Paso con premura.
Todo ojo que me mira
me multiplica y dispersa.
Un bosque de piernas,
un torbellino de círculos
rodantes,
una nube de gritos y ruidos,
me separan la cabeza del tronco,
las manos de los brazos,
el corazón del pecho,
los pies del cuerpo,
la voluntad de su engarce.
Arriba;
el cielo azul
aquieta su agua transparente;
Ciudades de oro
lo navegan.

5. Lo inacabable

No tienes tú la culpa si en tus manos
mi amor se deshojó como una rosa:
Vendrá la primavera y habrá flores…
El tronco seco dará nuevas hojas.

Las lágrimas vertidas se harán perlas
de un collar nuevo; romperá la sombra
un sol precioso que dará a las venas
la savia fresca, loca y bullidora.

Tú seguirás tu ruta; yo la mía
y ambos, libertos, como mariposas
perderemos el polen de las alas
y hallaremos más polen en la flora.

Las palabras se secan como ríos
y los besos se secan como rosas,
pero por cada muerte siete vidas
buscan los labios demandando aurora.

Mas… ¿lo que fue? ¡Jamás se recupera!
¡Y toda primavera que se esboza
es un cadáver más que adquiere vida
y es un capullo más que se deshoja!

6. Paz

Vamos hacia los árboles… el sueño
Se hará en nosotros por virtud celeste.
Vamos hacia los árboles; la noche
Nos será blanda, la tristeza leve.

Vamos hacia los árboles, el alma
Adormecida de perfume agreste.
Pero calla, no hables, sé piadoso;
No despiertes los pájaros que duermen.

7. La inquietud del rosal

El rosal en su inquieto modo de florecer
va quemando la savia que alimenta su ser.
¡Fijaos en las rosas que caen del rosal:
Tantas son que la planta morirá de este mal!
El rosal no es adulto y su vida impaciente
se consume al dar flores precipitadamente.

7 Poemas de Alfonsina Storni: Poemas de autonomia

Los poemas de Alfonsina Storni sobre el camino hacia la autonomía son una exploración íntima de la búsqueda de la autenticidad y la independencia. A través de versos en presente participio, Storni traza un viaje interno de autodescubrimiento, animando a los lectores a cuestionar las expectativas sociales y a abrazar su verdadero ser.

Storni utiliza su poesía en presente participio para romper las cadenas que limitan a las mujeres y a todos aquellos atrapados en normas restrictivas. Sus versos son una expresión de liberación, invitando a los lectores a liberarse de las ataduras impuestas por la sociedad y a reclamar su poder y autonomía.

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1. ASPECTO

VIVO dentro de cuatro paredes matemáticas
Alineadas a metro. Me rodean apáticas
Almillas que no saben ni un ápice siquiera
De esta fiebre azulada que nutre mi quimera.
Uso una piel postiza que me la rayo en gris.
Cuervo que bajo el ala guarda una flor de lis.
Me causa cierta risa mi pico fiero y torvo
Que yo misma me creo pura farsa y estorbo.

2. ¿SABEIS ALGO?…

SUBI, subí, subí. Ya estaba bien arriba
Cuando sentí un murmullo. ¿Era reto, diatriba?
Escuché: carcajadas, ironías, insultos.
¿Que os parezco una simia? Oh mis buenos estultos:
¿Sabéis de cosas bellas?
Yo hace siglos que vivo trenza que trenza estrellas.

3. ESTE LIBRO

ME VIENEN estas cosas del fondo de la vida:
Acumulado estaba, yo me vuelvo reflejo…
Agua continuamente cambiada y removida;
Así como las cosas, es mudable el espejo.
Momentos de la vida aprisionó mi pluma,
Momentos de la vida que se fugaron luego,
Momentos que tuvieron la violencia del fuego
O fueron más livianos que los copos de espuma.
En todos los momentos donde mi ser estuvo,
En todo esto que cambia, en todo esto que muda,
En toda la sustancia que el espejo retuvo,
Sin ropajes, el alma está limpia y desnuda.
Yo no estoy y estoy siempre en mis versos, viajero,
Pero puedes hallarme si por el libro avanzas
Dejando en los umbrales tus fieles y balanzas:
Requieren mis jardines piedad de jardinero.

4. NOCHE DIVINA

ESTE jardín nos cede su delicia,
Nos cede el árbol de manzanas lleno.
Fuente de dioses a la sed propicia,
Pan del instinto, para el hambre, bueno.
Mas blanco mármol sin igual pudicia
Fija en nosotros su mirar sereno;
Muslo desnudo, vigoroso el seno,
Puro, como la luz que lo acaricia.
Se hacen tus ojos demasiado azules
Cubren tus manos impalpables tules
Y algo divino te levanta en vuelo.
No cortemos la fruta deleitosa
Y mira el alma en una nube rosa,
Cómo es de azul la beatitud del cielo.

5. SOY ESA FLOR

TU VIDA es un gran río, va caudalosamente,
A su orilla, invisible, yo broto dulcemente.
Soy esa flor perdida entre juncos y achiras
Que piadoso alimentas, pero acaso ni miras.
Cuando creces me arrastras y me muero en tu seno,
Cuando secas me muero poco a poco en el cieno;
Pero de nuevo vuelvo a brotar dulcemente
Cuando en los días bellos vas caudalosamente.
Soy esa flor perdida que brota en tus riberas
Humilde y silenciosa todas las primaveras.

6. DATE A VOLAR

ANDA, date a volar, hazte una abeja,
En el jardín florecen amapolas,
Y el néctar fino colma las corolas;
Mañana el alma tuya estará vieja.
Anda, suelta a volar, hazte paloma,
Recorre el bosque y picotea granos,
Come migajas en distintas manos
La pulpa muerde de fragante poma.
Anda, date a volar, sé golondrina,
Busca la playa de los soles de oro,
Gusta la primavera y su tesoro,
La primavera es única y divina.
Mueres de sed: no he de oprimirte tanto…
Anda, camina por el mundo, sabe;
Dispuesta sobre el mar está tu nave:
Date a bogar hacia el mejor encanto.
Corre, camina más, es poco aquello…
Aún quedan cosas que tu mano anhela,
Corre, camina, gira, sube y vuela:
Gústalo todo porque todo es bello.
Echa a volar… mi amor no te detiene,
¡Cómo te entiendo, Bien, cómo te entiendo!
Llore mi vida… el corazón se apene…
Date a volar, Amor, yo te comprendo.
Callada el alma… el corazón partido,
Suelto tus alas… ve… pero te espero.
¿Cómo traerás el corazón, viajero?
Tendré piedad de un corazón vencido.
Para que tanta sed bebiendo cures
Hay numerosas sendas para tí…
Pero se hace la noche; no te apures…
Todas traen a mí…

7. UN SOL

MI CORAZON es como un dios sin lengua,
Mudo se está a la espera del milagro,
He amado mucho, todo amor fue magro,
Que todo amor lo conocí con mengua.
He amado hasta llorar, hasta morirme.
Amé hasta odiar, amé hasta la locura,
Pero yo espero algún amor natura
Capaz de renovarme y redimirme.
Amor que fructifique mi desierto
Y me haga brotar ramas sensitivas,
Soy una selva de raíces vivas,
Sólo el follaje suele estarse muerto.
¿En dónde está quien mi deseo alienta?
¿Me empobreció a sus ojos el ramaje?
Vulgar estorbo, pálido follaje
Distinto al tronco fiel que lo alimenta.
¿En dónde está el espíritu sombrío
De cuya opacidad brote la llama?
Ah, si mis mundos con su amor inflama
Yo seré incontenible como un río.
¿En dónde está el que con su amor me envuelva?
Ha de traer su gran verdad sabida…
Hielo y más hielo recogí en la vida:
Yo necesito un sol que me disuelva.